¿Por qué no?

Ideas macabras se me pasaban por la cabeza con solo mirar todo el mundo que tenía delante ¿donde ir? ni puta idea, pero alguna cosa encontraría para comenzar mi nueva vida. No tenía mucha idea de donde estaba, tampoco me importaba, solo tenia el banal deseo de encontrar un hogar donde pasar el resto de mi estúpida vida sin necesidad de preocuparme por nada ni por nadie. Tras la muerte de mis padres había cogido toda la herencia que me había dejado, se podía decir que tenía bastante para poder sobrevivir un largo tiempo sin necesidad de recurrir a trabajos, era mayor de edad, malo en los estudios pero podía ocuparme de cualquier oficio den el que necesitase, astucia, frialdad y ser supermán fuerza física.

- ¿Por qué hostias no hay nadie aquí? - exclamé cruzándome de brazos frunciendo el ceño levemente, no había nadie en toda la ciudad, había una feria a lo lejos que era el centro de toda la ciudad, vamos, que estaban de fiesta. Sonreí de forma altiva al darme cuenta de ese detalle. Ajusté mi capa ropa y desgastada a mi cuello y seguí caminando hacia adelante con el paso firme. Me quedé parado delante de la feria y alcé la vista mirando la gran noria.

- Olalá ~ como me gusta este sitio ~... - sonreí y comencé a caminar adentrándome en la pequeña feria de bienvenida que me habían hecho.

¿Qué más hacer? ~ Seguí sonriendo de forma tranquila y comencé a caminar también por la feria, llamando la atención por mis pintas, parecía un viajero con todas las letras, aparte de que las gafas de aviador que lleva en el cuello hacían reflejo con las luminosas luces de la feria, era un sitio bastante increíble. Me acerqué a la noria y me posé delante de esta metiendo mis brazos debajo de la capa marrón bastante rasgada.

- ¿Por qué no dar una vuelta? ~ - murmuré en bajo sonriendo otra vez, comenzando a caminar hasta la cabina de tiquets. Había una chica con cola de kitsune delante mía, no me dejé alarmar por el detalle, era algo normal para mi. Después de que ella pagase si tiquet yo hice lo mismo y comencé a esperar hasta que los vagones empezaban a pararse. Primero pasaban las primeras parejas, y después me tocaba a mi, casualmente nos había tocado en un vagón vacío, no había nadie más en la cola.

- Konbanwa Kitsune-san ~ - saludé dedicándole una sonrisa a la chica. Me senté en el lado contrario que ella para compensar el vagón, aparte de que no tenía las confianzas suficientes. Apoyé mi codo en el borde de la ventanilla del vagón y comencé a observar la ciudad, la noria poco a poco iba girando.

El vagón de la noria se balanceaba de un lado a otro en los primeros movimientos de esta. El silencio se había alojado en aquella cabina entre ella y yo. Por mi parte no medié palabra, suponiendo que no quería hablar conmigo, por ello, no despegué mi mirada de la ciudad, como poco a poco se iba moviendo al son del vagón, que se balanceaba de un lado a otro por causa del viento. Mi mirada se dirigió hacia la chica cuando comenzó a hablar, de forma desinteresada me acomodé en el vagón mirando hacia ella y me crucé de brazos.

- Dôzo yoroshiku Etsuko-san ~ - comenté sonriendo de la misma forma antes. - Watashi wa Ryuugamine desu x3 ~ - me presenté, no amagué a darle un beso en la mejilla ni nada, no quería desequilibrar el vagón.

El silencio se apoderó de la situación nuevamente. Yo me dediqué a mirar otra vez por la ventanilla, la chica parecía ser corta de palabras, yo tampoco es que hablase por los codos, pero vamos, también podría poner un poco más por mi parte con respecto a ella. La cabina bailaba de un lado a otro al son del viento que chocaba con ella. Algo de frío también entraba dentro de la cabina, dado que en la parte superior había como unos barrotes por donde el aire podía pasar, un sistema de ventilación o simplemente para que el viento pasase y no balancease la cabina, pero era bastante malo ese pequeño sistema.
Miré de reojo hacia la chica pero no me veía esa sorpresa, al ver como se venía hacia aquí por el bamboleo de la cabina, cerré los ojos estirando los brazos hacia adelante, para poder... ¿atajarla al menos? cuando abrí los ojos la chica de ojos rojos ya se encontraba entre mis brazos, pero al momento se salió de estos.

Ah ~ no pasa nada. Esta cabina se balancea un po... - no puede terminar la frase, ya que la cabina comenzó a balancearse de forma bastante brusca, parecía que una racha de viento estaba azotando la feria, bastante extraña la verdad, me intenté mantener en el asiento, pero mi trasero saltaba de un lado a otro hasta el punto de mi trasero resbalar del asiento y caerme al suelo. - ¡Itai! - me quejé sentado en el suelo, la cabina se movía demasiado.

El dolor era supino, el suelo de la cabina estaba demasiado duro la verdad, aunque estaba hecho antigolpes. Me intenté levantar para frotarme el culo mejor pero la cabina no me dejaba, se había quedado parada en lo más alto, y el viento azotaba bastante fuerte en pequeñas ráfagas, por ello, me era muy difícil levantarme sin caerme, pero otro hecho me afectó. En un bamboleo con fuerza del Etsuko cayó sobre mi, y yo me caí otra vez hacia atrás salvándome de darle un cabezazo a la puerta, pero eso no es todo, por encima, sus dulces labios chocaron con los míos.

- ... No, no te preocupes, no pasa nada. - comenté algo ausente. La chica esta se había llevado por accidente MI primer beso ¿qué hacer? menudo galimatías. Me froté la cabeza desatontándome y me levanté ayudándola también y sentándome en el banco de la cabina, bien firme para no moverme.

- En cierto modo ha estado bien. - comenté para romper un poco el silencio de la cabina. Llevé mi mano a mi cabeza y la froté un par de veces. - Ya sabes, el beso. - añadí al final, a pesar de haber sido un simple roce, me había encantado, no sé porque.

Había sido un accidente bastante tonto después de todo, no se podría haber considerado un beso por el simple roce, pero mis labios, desde ahora ya se podría decir que no eran vírgenes los había estrenado una chica... que casi no conocía, aunque ahora mismo, me está empezando a picar la curiosidad de conocerla. Me quedé ausente unos minutos mirando al suelo también un poco empanado, estaba algo conmocionado después de todo, era mi primer día aquí y ya estaba en este tipo de situaciones, no me molestaba después de todo, era un accidente y era comprensible. Alcé la vista al ver como comenzaba a hablar y me acomodé un poco mejor en el sillón de la cabina, se habían calmado un poco las cosas, el viento ya no azotaba con tanta fuerza la cabina, y aun faltaba bastante para que bajásemos, que chasco.

-Sí... fue un roce, aunque bueno, se podría considerar un beso. - dije extrañándome un poco de lo que iba a pasar acontinuación. Miré de reojo su brazo como se posaba en el respaldo de mi asiento y los acercamientos que estaba teniendo, mantuve la compostura y la misma expresión de cara, pero con un leve cambio, mis mejillas estaban teñidas de ese rojo carmesí que afectaba a las personas cuando tenían vergüenza o pasaban cosas de este estilo, y pás. Sentí sus labios nuevamente chocar contra los míos y cerré los ojos ladeando levemente la cabeza hacia un lado para que fuese más cómodo, correspondiendo con bastante pasión desde un principio, me tomaba las cosas en serio. El beso duró unos cortos minutos, hasta ya que faltaba la respiración. Me separé levemente de ella y abrí los ojos, mirando los suyos, desde muy cerca.

- Ese también ha estado bien... - comenté sonriendo de lado, realmente, era lo que pensaba.

Me aventuré un poco más, y antes de que se apartase, lamí sus labios de forma juguetona, incitándola, me encantaba. La cabina de había desquilibrado un poco al sentarse ella a mi lado, pero daba igual, estábamos los dos sentados y un poco tumbados a la vez ¿qué problema podría haber en ello? estas cosas tenían un buen sistema de seguridad, por ende, era un poco difícil que se descolgase la cabina así por así, aunque tampoco me supondría ningún problema hacer uso de la magia de fuego. La miré de reojos y reí levemente ante lo último.

- Creo que sí... debería contarle a la chica a la que pienso besar toda mi vida.... - comenté algo melosín, acercándome levemente a ella pero sin reacción aparente. Carraspeé y comencé a contar.

- Pues... como verás, soy un trotamundos. He pasado ya por un par de ciudades aparte de esta, pero ninguna llegó a interesarme del todo, por ello, sigo viajando y viajando. No es muy interesante saber cosas de mi ~ así que, cuéntame tú x3. - comenté apoyando levemente mi cabeza sobre la suya.

Cerré los ojos de forma leve pero los volví a abrir cuando ella comenzó a hablar sobre su vida. La mía no era para nada interesante en comparación con la suya, había visto mucho mundo, pero no me había pasado nada que se podría resaltar, pero con lo que me había contado al final, me quedé un poco a cuadros. Miré hacia la chica y me rasqué la cabeza un poco nervioso.

- ¿He...he besado una princesa? - pensé bastante... chocado. Agité mi cabeza y me separé un poco de ella algo apenado. No era el más indicado para estar con ella, yo solo era un simple viajero, ella una princesa.

- Ya sabía que eras toda una princesa... pero no de verdad. - comenté para romper un poco las preocupaciones que estábamos teniendo, o al menos yo. - Creo que soy afortunado. - comenté nuevamente mirándola de reojo, algo sonrojado. ¿Se interesaría en un simple viajero..?

La volví a mirar de reojo y vi su cambio de posiciones y sus manos acercarse a mi rostro. Giré este sin oponer resistencia y sentí sus labios besándome otra vez. Correspondí el beso con pasión, girándome también y subiéndome de forma discreta al asiento de la noria. Esta comenzó a girar nuevamente, parece que se habían arreglado esos problemas con el viento, y algunos técnicos, pero me daba igual, estaba con ella. Mis brazos se colocaron alrededor de su cuello abrazándola y así pegando más mi rostro al suyo. Giré levemente la cabeza para poder tener un beso más cómodo. Después de largos minutos, me separé de ella y la volví a besar nuevamente, de la misma forma, casi sin dejar que respondiese al beso, pero fue más corto que el de antes.

- Etsuko-sama... ¿puedo pertenecerte?... - pregunté de forma tímida mirándola a los ojos, lamiendo sus labios, en cierto modo, le estaba pidiendo estar con ella.

Al escuchar tal respuesta cerré los ojos y acerqué de forma automática mis labios a lo suyos besándolos con pasión de nuevo. Mis manos acariciaron su rostro, su cuello, sus hombros hasta llegar al punto de abrazarla por la cintura, pegando su cuerpo al mío. El beso era muy apasionado, incluso, me había aventurado a utilizar mi lengua para jugar con la suya, pasando de nivel. Después de unos, al menos cinco minutos besándonos de forma intensa, me separé de ella y la miré a los ojos sonriendo de forma suave, la amaba, lo admitía, la amaba.

- Ai shiteru Etsu-chan.... - dije abrazándola posando mi mejilla en su hombro. Me había quedado bastante colgada de ella ¿sentiría lo mismo?...

Suspiré levemente lanzando un poco de mi aliento a su cuello, lamiéndolo después de forma suave y dulce, me estaba volviendo un poco sumiso a ella, como si fuese un perrito. En estos casos solía ser más seme, pero se me estaba yendo la fuerza por el corazón, era bastante fuerte lo que estaba sintiendo en ese momento.

- ¿Dónde te gustaría ir ahora? La noria está parando, y tenemos toda la noche por delante x3 - pregunté separándome de ella dejándole un suave beso en los labios. La noria paró al completo y la puerta de nuestra cabina se abrió, éramos los primeros en salir. Como daba vueltas la vida. Primero habíamos entrado como desconocidos, y ahora, éramos una pareja. ¿Qué tocaría después?.

Primero dejé que ella posase los pies en el suelo, después salí yo y agarré con levedad su mano entrelazando nuestros brazos y a la vez nuestros dedos, comenzando a caminar en dirección recta. Ella quería estar conmigo, y yo con ella, creo que habíamos construído un vínculo entre los dos casi inseparable. Al estar ya un poco más alejados de la noria, me giré hacia ella y recibí ese apasionado beso que me había brindado. Noté como sus brazos rodeaban mi cuello para acercarme más a ella. Yo lo que hice fue posar mis manos en su cintura y ladear la cabeza levemente hacia un lado introduciendo mi lengua dentro de su boca, comenzando a hacer un largo recorrido por esta, jugueteando con su lengua, entrelazándola o simplemente tocándola. Después de unos minutos, me separé de ella y lamí sus labios de forma felina mordiendo el inferior y tirando levemente hacia mi.

- ¿Por qué me gustas tanto? ¿Por qué me has enamorado de esta forma? ¿Por qué te quiero tanto, mi vida..? - hice una serie de preguntas retóricas, demostrando lo que la quería.

Mis brazos rodearon su precioso cuerpo por encima de sus hombros causándole así una pequeña presencia de protección de mi parte, sin necesidad de más, me quedé así escuchando esas suaves palabras que salían de entre esos rojos y suaves labios que me enloquecían cada vez que sentía el mero roce de estos contra los míos, ese calor, esa dulzura, podían tener un valor incalculable.

- Esas preguntas no tienen respuesta aparente, déjate llevar por esos sentimientos al igual que lo hago yo, no quiero separarme de aquella persona que amo más que a nadie ¿por qué? es necesidad mía protegerte, Etsu-chan... - dije rozando mis labios con su caliente cuello, sintiendo el expléndido aroma de este, quedándome otra vez enamorado, no podía dejar de pesar en ella. Era imposible NO pensar en una belleza así.