¿Pureza?

- Mi tutor, no tengo padres... El me adopto hace algunos años...

Digo encogiéndome de hombros mientras le observaba, se veía gracioso con la cabeza ladeada y con tanto interes

Cerré los ojos al escuchar su respuesta. No quería comentarle que me interesaba mas bien nada su vida, pero si quería probar ese líquido carmesí que circulaba por nuestro cuerpo, debía hacer algo en especial.

- A mi... mis padres me abandonaron, un viejo me acogió y me entrenó. - comenté brevemente sobre mi vida. No acabé, simplemente por el hecho de que no podía decirle que había matado al viejo.

Suponía que mi vida no le importaba poco, por no decir nada... pero el saco el tema, no tenía pensado hablar mas de eso pero me sorprendió que hablara de su vida. Aunque no supe porqué pero me dio la pequeña impresión de que ese viejo no estaba vivo en estos momentos...

- Bueno.. se lo que es eso.. - digo encogiéndome de hombros, tampoco es que quisiera hablar con el de eso

Ni me molesté en volver a mirar a la chica de nuevo, ciertos fallos tenía en este tipo de situaciones que hacían cantar mis propósitos, si se era listo, se podía saber bien por el camino por el que iba, aunque poco a poco, comenzaba a desinteresarme de la chica ¿pasaría algo para que sucediese lo contrario?.

- Supongo. - dirigí simplemente una pequeña mirada hacia ella.

Vi que no se molestaba en mirarme y suspiré desviando la mirada, no sabía si el quería seguir hablando conmigo o mas bien querría deshacerse de mi presencia, aunque parecía mas de lo segundo por el modo en el que se estaba comportando.

- Bueno... etto... perdona por lo de antes..

Dije ya que no sabía por donde salir ya en el tema de conversación, no sabía porqué quería seguir hablando con el pero me gustaba estar a su lado, era divertido enojarme con el.

Al escuchar sus palabras, me lo pensé unos instantes pero al fin y al cabo, negué con la cabeza. Resoplé en silencio y me digné a mirarla al menos. También me molesté en divisar unos bancos un poco más allá que nosotros, simplemente para no estar incómodos todo el tiempo.

- Es igual. ¿Nos sentamos? - pregunté moviendo con levedad la cabeza, señalando hacia los bancos.

- Vale... - digo seguido de un suspiro y de comenzar el camino hacia el banco en el cual me senté y crucé mis piernas mientras esperaba que el se sentara a mi lado al menos.
Me sentía tonta por no saber que hacer con un tipo como el, pero tampoco era que quisiera hacer mucho.. aunque no me vendría nada mal tener a un hombre como el a mi lado, me ahorraría muchas cosas.